Llegó abril y estábamos ansiosos por ver flotar nuevamente las boyas en el Río de la Plata, así que no hubo que dudar mucho en armar un relevamiento en Berisso junto a los guías amigos, Fabián Calderón y Sebastián Ronin.
Luego de hacer el correspondiente rol de salida en Prefectura, cruzamos los malecones y pusimos proa al sur de Berisso hasta la zona de Palo Blanco, iniciando la gareteada a unos 6000 metros de la costa. Fabián coloco 2 anclas de capa y 2 botellones de ceba para formar una homogénea calle de aceite para atraer a los peces.
Malecones: piedras y palos dorados
Los equipos estaban conformados por cañas telescópicas de 4,20 a 4,50 metros, reeles frontales cargados con multifilamento de 0,12 a los 0,18 milímetros, línea de dos o tres boyas chupetonas o cometas grandes de 12 a 15 centímetros, más bigotera. El armado fue con una distancia de 1,60 m. entre cada boya, anzuelo N° 1 o 2, y de carnada, mojarra viva, mojarra salada, filet de dientudo o combinación de estas.
La actividad inicial llegó desde la proa, lindos matunguitos de inicio de temporada que se lograron con una particularidad, la cual ya nos había comentado nuestro guía, las profundidades de las brazoladas eran largas entre 25 y 50 cm, más arriba picaban las especies de cuero, algo inusual, normalmente es al revés. También nos llamó la atención, la mayor cantidad de pique se dieron en boyas de color verde o verde con blanco, para nuestro caso empleamos las chupetonas que nos dieron excelente resultado. Por supuesto, también dieron éxito los palitos pescadores con bigotera (brazolada con anzuelo), donde podemos encarnar una mojarra mediana, no conviene cargar mucho el anzuelo pues hay mucha variada de cuero, como paties, manduvas (especie que ingresó recientemente), chafalotes, dientudos y pira pitas. Por la mañana, con fuerte viento del sector noreste en bajante, se dieron la mayor cantidad de llevadas.
Los pejes se mezclaron toda la jornada con la variada. En mi caso, tuve que combatir con un poderoso pati digno de una pesca con anguilas y equipos más pesados, pero con mi humilde telescópica y mucha paciencia pude cansarlo e izarlo a bordo. También pude disfrutar de un doblete de especies, pejerrey y pati, que picaron en mi línea uno en la última boya y el otro en el palito pescador, y otra curiosidad se dio en la embarcación del guía Sebastián Ronin, de flote y encarnando con mojarra, obtuvieron un bagre de mar, algo que no se ve muy seguido.
Las flechas del Plata ya están surcando las aguas de Berisso, seguramente con un poco más de frío aún se activen más para alegría de los muchos seguidores que los esperamos con ansias. Vaya desempolvando las boyas y las cañas telescópicas que los trofeos los esperan.