Como todos los años, los pejerreyes remontan el río Guazú en su tradicional migración y es sabido que cuanto más aguas arriba se los encuentre, mejoran los tamaños. 

Con el desafío de dar con excelentes ejemplares, concurrimos a este cercano pesquero juntos a los amigos del foro, Mati (MatiFly), Mario (Viejo Pescador), Walter un amigo de Mario, y Rubén un amigo mío. 

La cita fue a las 7:30 horas en La Estación del Pescador (Tel: 03487-430782), antes de subir al primer Puente de Zarate Brazo Largo, donde nos proveímos de muy buenas mojarras para luego continuar viaje hacia el segundo puente, bajo un denso manto de niebla que nos obligo a transitar despacio.

Llegamos al camping El Remanso donde nos esperaba nuestro guía Claudio Cornacchiulo a bordo de un trucker de 6,40 metros de eslora potenciado con un fuera de borda de 70 HP.

Navegamos aguas arriba hacia Puerto Constanza e Ibicuy, tuvimos que hacer una parada para armar los equipos de pesca debido a la densa niebla.

El primer garete nos entregó el primer matunguito de la mano de Mario (forista: Viejo Pescador) quien clavó un hermoso peje de unos 35 cms muy combativo.

 

Sabíamos que la pesca era de calidad más que de cantidad.

Luego de disipada la neblina, continuamos nuestro viaje, testeamos una salida de una laguna frente a La Blanqueada donde obtuvimos  2 pejes lindos uno capturado por Maty (Forista: MatyFly) y el otro por quien les escribe, todas las capturas con se daban en el puntero palito o en el boyerín pescador al finalizar el aparejo.

 

Debido al frío, los peces están muy sutiles en el pique y hay que dejarlo comer, igualmente se pierde mucho pique.

 

En Puerto Constanza, obtuvimos varios ejemplares en una zona de poca profundidad donde todos obtuvimos algún matungo.

 

Hacia Ibicuy practicamos la pesca en la costa donde moría el viento, donde la gran concentración de camalotes debido a la inundación nos dificultaba la pesca.

 

Rubén se despacho con unos cuantas fechas del Paraná.

 

Hacia el mediodía pinto “la morfi” con una picada que trajo Matías, empanadas de Ruben y milangas de Mario, un catering de lujo a bordo !!!.

La clave era renovar la carnada, moverla mucho, acá Matías se destacó tentando a los pejerreyes con movimientos del dedo sobre el multifilamento, hasta metió un doblete hermoso.

 

Mario venía con muy buena pesca hasta que perdió la magia al perder el puntero pescador encarnado con una mojarra y filet de pejerrey especialmente preparado. Más tarde se recuperaría el mago al colocar otro puntero similar pero de colores naranja y amarillo.

Walter la rompió con el puntero rosa a pesar de varias cargadas.

 

El entorno es sinceramente una belleza, enmarcado con costas a resguardo de los vientos fuertes y con un río de aguas claras y calmas.

Hacia el final de la jornada vendría lo mejor en la costa opuesta, gareteamos la embocadura de una Isla donde obtuvimos todos matungos de excelente porte redondeando una jornada caracterizada por calidad de pejerreyes y por ese sabor de tener que hacer bien las cosas para obtener las respuestas.

 

Un desafío que era bien recompensado por la potencia y fortaleza de estos formidables pejerreyes migratorios.

La pesca se dio tal cual nos indico el guía, por la tarde cuando la temperatura del agua fuera mayor. 

Agradecimiento especial al grupo conformado por Matías, Mario, Walter, Ruben, Claudio por este hermoso día de pesca vivido.

 

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