Caminando viejos charcos

Modalidades:

Bait casting (varas cortas 1,68 y 1,83 de hasta 4/14 libras, reeles de bajo perfil)

Fly cast (equipo 5/6, línea WF c/leader +/- 1,40m – sin tipet (¿?) – leader de multifilamento trenzado)

Spining (1 caña 6,5 pies h/18 libras)

Artificiales:  Inna – Big Game – Oreno – Epecuén – Epuyén - Cocquer  – Tucan flex – Plop - Ranitas lastradas y con hélice – Highlander - Spinners baits – poppers y streamers de fly.

El finde, viendo que la temperatura iba ser de primavera, decidimos hacer unos tiritos a las dientonas, antes de despedir la pesca de las flechas.

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Nos juntamos y le apuntamos a los campos de Entre Ríos, que, en menor medida, aún soportan los estragos causados por las inundaciones.

Consultamos a la policía local sobre el estado de algunos caminos y enfilamos para adentro, no hubo una pesca localizada en un punto en particular sino que fuimos probando charcos a lo largo de los caminos, buscando preferentemente puntos encajonados o lagunones en el campo que nos permitieran lanzar nuestros equipos.

Casi todo el tiempo estuvimos con el agua y el barro hasta el límite de las botas, si bien llevábamos waders, solo uno de la partida lo utilizó. La mayor parte de las capturas de efectuó con señuelos blandos.

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Como buenos caminantes, pescamos generalmente alejados uno del otro, reunidos para un refrigerio pasado el mediodía, notamos que teníamos mucha actividad pero pocas capturas.

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La caña de fly, que utilizaba por primera vez para esta especie, obtuvo 3 ataques con pelea malogrados por mi, quizás debido a la falta de experiencia en esta modalidad con las hoplias y por los menos media docena mas de ataques fallidos sobre la mosca. Luego tuve que guardarla por la dificultad de su uso en ambientes cerrados por vegetación alta.

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En la modalidad bait y spinning, pasaba algo similar, muchos fallidos, pero esto podría ser debido al uso de señuelos antienganche y equipos livianos. En un sector de aguas claras, lo que noté es que no tomaban los artificiales con la clásica dentellada que termina con el muñeco en su boca sino que se lanzaban sobre los flecos de las ranas y soltaban.

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El último intento ya de regreso lo hice con los ajustes necesarios en la velocidad de tracción y trabajando con la punta de la caña, de ahí en mas, hasta yo hubiera manoteado las ranitas cuando veía venir la presentación en el agua.

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Comunicado el dato a mis compañeros y después de haber tirado todos los muñecos disponibles, con una misma ranita que tuvo que ser reacondicionada, despedimos la tarde con más capturas que fugas y el sol tocando el horizonte.

Les mando un abrazo y me despido hasta la próxima pesca.